Son muchas las preguntas que nos hacemos al respecto al mercado inmobiliario y la crisis de la actual pandemia. ¿Qué envergadura tendrá la crisis económica que suceda a la sanitaria? ¿Las familias van a querer vender sus casas? ¿Los grandes propietarios se lanzarán al mercado antes de que puedan bajar los precios? ¿Optarán por el alquiler para sacar más rentabilidad? ¿Se resentirá la financiación de los bancos? ¿La construcción frenará promociones? ¿Habrá cambios de residencia si se alarga el teletrabajo?Son muchas las preguntas sobre el futuro que de momento están sin respuesta respecto al
mercado inmobiliario. Antes de que el coronavirus irrumpiera en España, el mercado gozaba de un ritmo de ventas óptimo y unos precios que subían acompasados al IPC.
Pero con la llegada del
Covid, el país paró y, por supuesto también, el mercado inmobiliario. Con la desescalada, las inmobiliarias volvieron a abrir y las promotoras retomaron sus trabajos. La demanda poco a poco empezó a despertarse y se reactivó el mercado. Es cierto que lo hizo a mayor velocidad que un junio o julio normal, sustentado en todas aquellas iniciativas que habían estado esperando. Aunque el arranque fue muy bueno, no ha servido para contrarrestar las caídas a nivel anual.
Fuente: ABC